lunes, 2 de febrero de 2015

Float down like autumn leaves.

Desde que se marchó todo ha sido ruido en un segundo plano que se sumaba al que ella tenía montado en su cabeza. Las voces de la gente, la música que ponían en la radio mientras conducía, los pitidos de otros conductores todo quedaba atrás mientras ella nadaba en un tornado de sentimiento, recuerdos y sensaciones.

Una vez más se calzó sus preciosas botas y cargó su mochila con comida y una manta vieja. Condujo por los caminos que nunca había compartido con nadie, porque era lo que los hacía tan especiales. Se bajó de su amado coche y empezó a andar, sintiendo el aire tan limpio llenando sus pulmones y limpiando la suciedad que sentía en ellos. Los rayos del sol comenzaron a iluminar su cara y el calor fue invadiendo poco a poco su cuerpo a medida que subía.


Al cabo de una hora de camino llegó a su lugar favorito en el mundo, sin contar su propia cama.  Se sentó dejando que el sonido del agua de la cascada la inundara, y la llevara lejos de todo, donde nada pudiera alcanzarla. Al lugar donde pertenecía, porque para algo su nombre era Darya.






martes, 27 de enero de 2015

Darkness becomes me.

Los retales de los recuerdos vacíos, machacados, cambiados o estropeados. Pasas por el lugar donde los creaste y sabes que no los vas a ver más.

Miras hacia otro lado, esperando que el vacío de tu pecho no se haga notar tanto como lo hace cada vez que pasas por allí. Pero sabes que no, que mientras sigas anclada a lo que fue y no a lo que es no podrás conseguir que su sombra deje de cazarte. Miras hacia la ventana por la que solías observar el mundo que preferías no ver, porque lo que escondían esas paredes era mucho mejor que cualquier cosa que encontrabas fuera.

Ahí está, otra vez, el agujero que tatúa tus pulmones, y hace que tus pies se vuelvan débiles. Observas a las personas que pasan a tu alrededor, ajenas al dolor y el caos que existe dentro de ti. Piensas que es difícil arrepentirse de algo de lo que pasó, porque gritasteis, llorasteis, disfrutasteis juntos.


Cierras los ojos, coges aire, e intentas avanzar un paso, aunque sabes que no sólo significa una pisada cualquiera. Sabes que es dejar atrás algo más que tu huella, es encerrar las sombras lejanas que te acechan desde el rincón que más temes de tu mente.


viernes, 21 de noviembre de 2014

Sometimes you've gotta fall before you fly.

La nieve cubría cada rincón de su pequeño pueblo. La gente se refugiaba en sus casas, y en las cafeterías pegando sus manos a las tazas de té hirviendo para encontrar el calor que necesitaban. Ella andaba ligera, decidida. Tenía que dejarlo ir antes de que fuera demasiado tarde. Cuando se encontraron en el lugar que habían acordado, él se agachó para darle un beso en sus labios, como siempre. Pero ella giró ligeramente su cara, casi sin que se notara. Lo suficiente para que el beso acabara en la mejilla, tal y como lo había planeado.

-Es mejor si te lo digo ya, porque estas tres palabras no son fáciles de decir. No te quiero. No quiero hacerte daño, así que no malgastes tu tiempo conmigo. Me odio por dejarte ir, pero no puedes salvarme, porque me he dado cuenta de que sólo yo puedo salvarme.-

Mientras las palabras salían de su boca, lo miraba a los ojos. Quería que quedara claro que todo lo que decía era sincero, y sobretodo que quedara claro. Mientras, él tenía su mirada fija en el suelo, como si el tiempo se hubiera detenido en aquel momento.

-Sé que lo llevas viendo venir desde que me conociste, que lo has intentado, pero tú quieres tener tu vida en este pueblo, con tu gente de siempre y yo no. Mi vida no está aquí contigo. Lo siento.-

Rápido, mortal y certero. Tal y como ella quería que fuera. Había sido lo suficientemente fuerte como para que su voz no se rompiera. Había repasado cada letra en su mente desde hacía bastante tiempo, desde que se dio cuenta de que él era su ancla. Ya renunció a una de las cosas que más deseaba por amor. Y por una vez fue capaz de dar el paso, de ser egoísta, y cortar las cadenas que le anclaban para poder volar. ¿Tópico? Sí. Pero real como la vida.

-Adiós, y cuídate.-


Le dio un último beso en la mejilla y volvió sobre los mismos pasos por los que había ido, esta vez más ligera, pero eso sí aún más decidida, convencida de que para poder vivir tienes que aprender a dejar ir.


lunes, 20 de octubre de 2014

Pequeños placeres de la vida.

A lo largo de mi vida he tenido muchísimas etapas difíciles, más largas o cortas, que me han costado voluntad y tiempo superar. Aparece una presión en la parte posterior de mi cabeza que, constantemente, me recuerda que estoy mal y el motivo por el que lo estoy. Sin embargo, hay varios placeres que me hacen olvidar y sonreír. El chocolate, el helado, la cerveza o incluso un ratito con mis amigos.

Pero el favorito, el que más disfruto, es escuchar una canción que en ese momento describa a la perfección como me siento, y me dé una solución. Cada banda son como la consciencia de la que carezco en ese momento. Cuando más lo disfruto es cuando la canción en concreto hace mucho que no la escucho, por que se ha perdido entre la marea de archivos que tengo. Es como una gota de agua en mitad del desierto cuando estaba a punto de deshidratarme.

Y aunque luego la mala racha siga, durante los tres o cuatro minutos que dure la canción dejo de ser yo para convertirme en alguien que se siente en completa paz no con el mundo, si no con unas personas que me hacen sentir que nada de lo que me pase me va a detener.


¿La canción de hoy?

lunes, 13 de octubre de 2014

There's no light without darkness.

Dicen que después de la tormenta llega la calma, y con ella el sol. Pero, ¿y si el sol no llega nunca? Tu vida se limita a ser un día gris o con el cielo azul, sin lluvia ni el calor de los rayos. Una simple línea donde no hay cambios ni giros inesperados. Caminas por las calles de tu  mente en las que todos los bares están cerrados y todas las personas están en sus casas refugiándose del frío que la rutina clava en los huesos. No hay nadie que te coja de la mano y te lleve a un sitio que te sorprenda, no hay nada que te asuste o intimide. Simplemente estáis el vacío y tú. Caminas hasta el sitio donde el mar colisiona con la tierra y el cielo, allí no hay nada, simplemente los tres elementos creando rayas uniformes que no trasmiten ni el más mínimo sentimiento. ¿Qué se supone que debo hacer entonces? ¿Esperar a que alguna estrella aparezca y le dé la vuelta  a todo? ¿O dar gracias por tener un poco de estabilidad emocional? Quizá tú que estás detrás de esta pantalla quieras guiarme en esta cruzada contra la rutina o la tormenta, quieras ser mi sol, mi luna, o cualquier cosa que le dé sombra a mi mundo, porque no debemos de olvidar que sin oscuridad no seríamos capaces de percibir la luz.


martes, 26 de agosto de 2014

Begin again.

Estaba sentada como de costumbre en su ventana, observando las hojas recorrer la calle agitadas por el viento, sintiendo el calor de la taza de té en sus manos mientras su manta y su pijama la arropaban. El sol había salido hace un par de horas y empezaba a dibujar los colores de su nuevo día.
De repente se giró y miró a su gato acaparando el sofá con todo el pelo revuelto, aburrido y agotado de no hacer nada. Se vio a sí misma en su propia mascota. Pudo oír un clic en la parte posterior de su nuca. Se levantó dejando el té a medias y caminó hacia su baño, donde se duchó con agua fría. Empezó a cantar sin necesidad de música, rompiendo con su propia voz el silencio. Se calzó su vestido favorito, unas botas cómodas y cogió su móvil, unas gafas de sol y sus auriculares. Andó deprisa y despacio, respiró profundo y agitado. Visitó los parques que antes esquivaba contemplando la belleza que los recuerdos no le dejaban ver. Sonrió a gente desconocida sin pararse a observar si le devolvían o no el gesto e incluso bailó al ritmo de una banda que tocaba en una calle cualquiera. Fue a su restaurante favorito donde tantas veces había comido con él  y todo lo que le vino a la mente fue el delicioso sabor del gofre con helado de vainilla, nata montada y sirope de caramelo que degustaban sus papilas gustativas.
A continuación llamó a todos sus amigos y les recordó lo mucho que los quería mientras pedía disculpas por su ausencia. Conversó con un señor desconocido, y al pasar por el puente en el que se besaron por primera vez, simplemente pensaba en la forma de las sombras de la gente sobre la acera, todas tan distintas y homogéneas a la vez.

Cuando volvió a casa ni siquiera miró el reloj ni sabía el día que era, pero había algo que sí sabía: Ella había vuelto, por fin volvía a sentir como cada letra de su nombre le volvía a pertenecer, y como volvía a enamorarse de su propia vida. Finalmente se dio cuenta de que no necesitaba de nadie para ser quien era y que esta vez era su gato quien iba a buscar sus mimos.

jueves, 21 de agosto de 2014

What goes around comes around.

¿Sabes ese miedo que se siente cuando después de un tiempo de mierda, de repente empiezas a sentirte bien? Pero entonces empiezas a temer que después de la calma venga la tormenta, porque seamos sinceros, todo lo que sube vuelve a bajar. Tienes miedo de volver a sentir ese vacío en tu interior que te hace imposible ver algo positivo en tu vida. Que llegue algún motivo que te arruine todo por lo que has luchado, y que por fin ha llegado. Pero yo ahora, que estoy en ese momento pienso a la mierda, si ahora estoy bien es por algo, me lo he ganado, así que voy a aprovechar lo que dure, porque quién sabe cuánto durará. Y aquí estoy, disfrutando de las personas a las que tanto quiero y tanto me quieren, riendo a cada momento que puedo, sonriendo a extraños, abrazando a los que más me importan. Que la vida son dos días y uno y medio son malos. Y así cuando lleguen los malos momentos, tendré más fuerzas para superarlos, y si no, pues ya llegará otro momento así. Si el mundo se ha aprovechado de ti todo este tiempo, y ahora te ofrece la mano, ¿por qué no cogerle el brazo entero?